El etermo errabundo(libre)

Había olvidado cuanto tiempo llevaba ya recorriendo aquel mundo,200 años ,150 o quizás todavía mas, allí las cosas jamas parecían fluir pues los demonios de aquel lugar de alguna manera habían logrado someter al mundo y era uno de ellos quien detentaba el poder absoluto en aquellas tierras.Era un reflejo burlesco de su mundo donde el caos lo había corrompido todo al extremo que el mundo simplemente se había revertido a un estado anterior incapaz de aceptar aun mas el toque de la locura.
Aquella era la única explicación racional que había podido encontrar al echo de que aquel mundo siguiera pareciendo tan similar al mundo que el conocía y al mismo tiempo las criaturas que lo habitaban le eran totalmente desconocidas.Pero el bosque jamas cambiaba,sin importar en que mundo se encontrara los bosques allí no se diferenciaban en lo absoluto a los enormes claros de avellorne y cracia en su tierra natal,por eso era lógico pensar que su pueblo de haber sobrevivido había intentado iniciar una nueva vida en el lugar que les resultara mas parecido a su antiguo hogar,era una posibilidad pequeña pero prefería la esperanza a la perspectiva de continuar solo en aquel mundo extraño.
Un sonido diferente a la música del bosque le hizo levantar los ojos del camino para descubrir que al parecer no era el único que deambulaba por aquellos parajes.

No llevaba más de un día aquí,estaba más o menos perdida en este lugar. No parecía ser la tierra,''mi mundo natal'' Bueno,ellos solo eran gente estúpida y me daba igual donde estaba,mientras viviera.. En el lugar rotundaba un aburrimiento eterno,se veía estar desolado a mi parecer. Luego de caminar como media hora sin rumbo,me dí cuenta estar en un bosque o algo parecido. Tenía que admitirlo,no tenía ninguna diferencia entre los bosques de aquí y los de la tierra. En realidad era algo impresionante pero de todas maneras no era tan importante después de todo. Seguía caminando por el lugar admirando su belleza,era realmente lindo,el cielo azulado y sin ninguna nube,acompañado del radiante sol. El sonido de la naturaleza y murmuro de los insectos. Los grandes árboles y el pasto completamente verde. Pero seguía extrañando mi casa,mi mascota y sobre todo las explosiones que yo causaba. Sí,explosiones,literalmente. Bueno,cambiando de tema,vi a otro individuo,más bien un chico. Su apariencia.. Era azabache y alto,era lo único que podía ver a tal distancia y con solo un ojo,¿Porque solo tenía un ojo? Umh.. no lo recuerdo muy bien,pues podía ser que me lo quitaron o.. no lo se. Pues lo que paso ya paso y es pasado.Mientras veía al chico y seguía caminando,me tropecé con una piedra y caí entre unos arbustos. ¡Gaah! ¡Mierda! Al tratar de levantarme,me resvale con.. pues no podía ver muy bien con que,pero lo que pasaba es que no me podía levantar.

A medida que continuaba avanzando podía notar como la figura vaga empezaba a tomar una forma cada vez mas reconocible, en primera instancia fue solo un bulto informe que se movía pero a medida que caminaba empezaba a distinguir un vestido y un cabello largo que se mecía con el viento.
No era particularmente atractiva pero la visión de un humano común y corriente fue todo un alivio dado que no había visto otra cosa que no fueran monstruos y seres extraños en sus viajes por aquella tierra, incluso los hombres bestia que el pensaba eran solo un flagelo de su mundo existían alli por millones. Sus ropas no se parecían en nada a las que solían llevar las mujeres en los reinos humanos aunque la verdad era que no era ningún experto en la materia por lo que no estaba completamente seguro, los pasos seguían acercandolos el uno al otro y aun cuando ambos se estaban examinando ninguno hizo ningún gesto de saludo o algo parecido, una piedra medio enterrada en el camino hizo que la chica tropezara y callera entre unos arbustos mientras maldecía de una forma poco adecuada en una dama. Teclis tuvo que contener la risa mientras de acercaba al lugar del accidente al ver que el arbusto se movía pero la chica seguía sin salir, al inspeccionar mas de cerca vio que las ramas del arbusto se habían enredado en su vestido impidiendole levantarse-permitame ayudarla-dijo mientras aun luchaba por evitar reírse, saco su espada y con un par de rápidos cortes rompió las ramas que aprisionaban a la muchacha, una vez echo esto le tendió la mano para ayudarla a levantarse.