Recordando lo perdido ~Libre~

Estar viviendo en aquella ciudad era un poco más tranquilo que estar en el 'otro lado' como ahora comenzaba a llamarlo, aunque Dark Souls no se salvaba de las almas malas y corruptas, aun era mucho mejor que vivir en una ciudad corrupta de varios niveles, donde ya ni caminar en la calle era seguro para nadie, durante semanas pensó en que su venganza se efectuaría, pero aún le faltaba tanto que saber y tanto que entrenar para poder hacerle frente a esa persona que le había robado lo poco que tenía en la vida: su pasado.

Pero la única vez que la vio comprendió que ella no podía enfrentarla, no con el nivel de combate que ahora tenía. Naoto rozó con su mano izquierda la katana que tenía sujeta al cinturon que colaba centímetros más arriba de su cadera y mientras caminaba hacia el bosque, necesitaba despejarse y ese día parecía perfecto para explorar un poco el rededor de la ciudad, pues aún no la conocía del todo.

Llegó a un lindo claro del bosque, rodeado por árboles y pequeñas plantas ella suspiró y se sentó debajo de un árbol, su mirada agachada observaba la empuñadura de su katana, la katana que le había pertenecido a él, a la única persona que había sido como un padre para ella, se preguntó cómo pudieron haber sido los meses anteriores de haber estado él todavía vivo, si Magato no lo hubiera matado, si las respuestas que buscaba se las hubiera contado. Naoto frunció un poco el ceño, recordandolo, mientras que sus manos apretaban la empuñadura de la katana y el lugar, se iba llenando de una densa niebla.

No era necesario un apellido- comento Tomoe, saliendo de palacio, su rutina de trabajo llegaba a su fin para ir a disfrutar del mediodía o más bien, para almorzar.

-El apellido no está mal- expreso Azur que se encontraba sentado en su hombro derecho ocultando sus patas bajo su plumaje , su aparienca era la de un pájaro azul pequeño. Ambos salieron relajados, comieron, y para variar el viaje se encaminò en caminos desconocidos.

Hasta ahora, conoce el palacio, pero éste mundo era mucho más espacioso y era momento de descubrir su belleza y sus secretos. Pasando las horas, Tomoe iba en su forma normal tranquilo. Para variar su serenidad llegó a un lugar extenso lleno de plantas y árboles de muchas variedades con brumas claras, escuchó un susurro. Por su olor, era una humana. Luego hubo un silencio, no se preocupó tal ves por que ha comido tan bien, pero estaba de buen humor y siguió adentrándose aun más. Inevitablemente es rodeado por la niebla espesa. No podía divisar, así que siguió el olor de la humana hasta hallarse detrás suyo, del otro lado del árbol. Estoy muy cerca. Azur, no se alteró sino estaba muy confiado en su amo. La energía pasiva del demonio zorro le tranquilizaba. No buscaba conflictos, simplemente información.

La niebla era algo que no le gustaba, le impedía ver a la perfección y comenzó a preguntarse cómo era posible que un paraje tan hermoso como aquel al que había llegado pudiera llenarse de niebla de un momento a otro, eso no le gustaba y frunció el ceño, tal vez era que aún había cosas de ese extraño lugar que aún no sabía y tal vez no le gustaría saber, aunque era necesario que supiera todo de ese lugar.

Lo más impresionante de todo, era que desde que había llegado no había escuchado ningún ruido, ninguna ardilla deslizarse por entre los árboles, ningún reptil cruzando el pasto frente a ella, ningún ave cantando, era extraño, muy extraño sabiendo que el lugar donde se encontraba era una parte del bosque y ningún ruido había por el lugar, o al menos no alguno que pudiera asociarse a animales que lo habitaran, pues al estar sola y especialmente callada, el susurro de un par de pies que se acercaban eran claros, aunque la persona que estuviese caminando hacia el lugar fuera precavida, no podía esconder el sonido de las pisadas en un lugar tan silencioso.

Con mucha cautela se puso de pie y luego se agachó apollando una rodilla en el suelo, se agachó para ver si podía ver algo, pero la niebla se extendía todavía más allá de lo que sus ojos pudieran alcanzar a ver, frunció aun más el ceño y sacó lentamente la daga de la parte de atrás de su cinturón y cerró los ojos estando a la espera de algún otro sonido delator de quien fuese quien estuviera por ahí cerca.

Se dibujo una sonrisa en el kitsune. El inmenso silencio delataba que algo no estaba bien. Azur mira a su amo, Tomoe con su mirada moviendo un poco su cabeza, le hace la seña de volar arriba. Sin más que esperar, el pájaro toma vuelo para ubicarse en la copa de aquel árbol que separaba al zorro de la humana. Obviamente, Azur generó el sonido inevitable de un pájaro en vuelo. Los humanos no suelen ser peligrosos. Pero que ésta vaga humana no suspire de preoucupación es una alerta. No oigo el eco de un respirar de desesperación. Sino un pequeño ruido, pareciera el filo de algún metal. El zorro cubre su boca con su abanico, la muestra de su elegancia. No era como los demás zorros de éste mundo haciendo travesuras. Tampoco era infantil para las bromas sin sentido. Sería simple incendiar éste árbol para que se hiera la mujer o muera. Pero no es necesario matarla.
-Humana. ¿Queda cerca de aquí las aguas termales?- pregunta directo. Normalmente sin notar soberbia en su voz. El acto de estar perdido, suele despertar compasión en los humanos. ¿Lo tendrá ésta humana?

Abrió los ojos lentamente mirando hacia arriba, donde solamente podía ver la sombra del árbol sobre ella, pues un aleteo se había escuchado, cosa que, de haber sido normal escucharlo se hubiera sentido aliviada, pero en un lugar tan silencioso eso no pudo más que causarle una sospecha, se mantuvo inmóvil a la espera de alguna otra cosa.

Y se hubiera esperado cualquier cosa, algún animal, el sonido del ave alejándose, sonidos provenientes de la ciudad aunque ésta quedaba un poco lejos, menos una voz, una voz que le hizo arquear una ceja, a caso le había llamado humana?, se quedó quieta sin responder, sosteniendo firmemente su daga en la mano, que acaso no todos eran humanos?, luego cayó en la cuenta, en esa ciudad, podría incluso haber tiburones que salieran del agua para charlar un rato con otras 'personas' si es que así se les podía llamar, bueno.. no había una palabra general para todos, pero esa distinción le parecía molesta, llamarla humana como si ellos mitad uno y mitad otro fueran superiores, aunque algo de ella dejaba de ser humano también pero nunca se había sentido especialmente diferente como para dejar de llamarse a sí misma humana, esa parte que aún no sabía qué era realmente de ella prefería dejarla en el olvido. Frunció el ceño y contestó.

-no estas ni cerca, viniste en dirección contraria-, dijo sin saber realmente a quién le hablaba, si le había dicho humana, entonces sería que la voz proviniera de algún híbrido, si era así, su daga no le sería útil, así que tan lento como la había sacado la guardó y puso su mano en la empuñadura de la katana.

-En dirección contaria..ehh-musitó. Frunció el ceño. Estoy perdiendo la paciencia, quisiera ver su rostro. Exhala su respiación. ¡Vaya.. la curiosidad está apoderandose de mí!. No puedo permitirlo. La mujer ha sujetado otra cosa. Je. Viene armada. ¿Qué tanto sabe de éste mundo?. Es un lugar donde todas las leyendas de humanos han sido revividas. Hadas, Dragones, Unicornios, Sirenas, y ¿cuántas más?. No será que estoy encerrado en alguna mente de algun ser estúpido que imagina toda ésta "utopía", aun que le gusta alterar las cosas, un poco de dolor pone el ambiente dramático. Mi trabajo es aburrido no consigo lo valioso, pero la paciencia lo es todo.
-No te mataré, solo quiero...- comentó mientras se apoyó al árbol y lentamente fue recostándose por el cayendo y quedar sentado. Contempló lo que sería el cielo "azul" grisáceo mejor dicho gracias a la bruma. ¿A quién quieres proteger, Niebla?, o ¿Te gusta jugar a un encuentro a ciegas?. ¿Será un demonio del lugar que prefiere divertirse o nos aniquilará?.
-Diagolar- expresó secamente. Estoy delirando. No hay alguno por aqui, ya lo hubiese sentido si fuese así. Para romper poco a poco el hielo entre ambos.
-¿Naciste aquí?- terminó preguntándole. Esto sería una conversación, uno interroga y luego responde, asi sucesivamente. Cierra los ojos y suspira relajado, pero sigue estando alerta

Le habían respondido, pero ni había sido de manera hostil, así que se permitió relajarse solamente un poco, aunque su mano seguía estando en la empuñadura de su katana y escuchó el ruido de la ropa al dejarse caer contra el árbol, frunció el ceño, quizá era solamente alguien que pasaba por el lugar y ella ya estaba a la defensiva, sobre todo después de escuchar la palabra 'mataré' aunque de forma negativa a la acción de realizarlo, pero así como no acababa de entender el lugar, tampoco terminaría de entender a sus habitantes, así que se relajó y se puso de pie permitiéndose dejar su katana en su lugar y cruzar los brazos por sobre su pecho, su ceño fruncido no se relajó, sobre todo por haber escuchado la palabra nacer, que respondería?, era obvio que no, pero eso le hizo recordar que aún ella misma no entendía su pasado y no lo lograba recordar, por lo que sabía bien podría haber sido otro experimento más, una niña clon creada por células que jamás serían completamente suyas, lo único que sabía era que había pasado gran parte de su infancia en un laboratorio, miró hacia el piso alcanzando a distinguir sus propios pies.

-no, no soy de por aquí-, se limitó a decir solamente mientras aquellas ideas seguían en su mente.

Sigue cortante. ¡Qué mujer más aburrida!. Extendió su brazo derecho hacia arriba, contemplando el cielo azul plata, apunta con su dedo índice cierta nube que logra distinguir. ¿Qué figura intentas formarte?. Lo particular de la nube extendiéndose sin poderse discernir su aspecto por la niebla. Se movía lentamente. Esa nube..., sin preocupaciones, proteger algo digno de dar todo por ello. ¿Es mucho lo que pido?. Parpadeo hasta despertar de su sueño melancólico. Si no nació aquí, ¿Cómo llegó aquí?. Cierra sus ojos, concentra sus sentidos del oído. Escuchó el latir de su corazón, el tiempo que tarda en respirar. El curso del viento viene en su dirección. Moviendo sus cabellos albinos, baja su brazo y la apoya al suelo. No dirá nada si no comparto algo con ella.

-Desperté y aparecí en éste lugar. ¿Te pasó lo mismo?- terminó diciendo abriendo sus ojos para tratar de decifrar la forma de aquella nube. El viento dejó de soplar al zorro. Así como las hojas de los árboles pararon de bailar a ritmo con la brisa.

Azur observa abajo, pero reconociendo las ramas del árbol por el cual le sostiene. Voltea su mirada notando las copas de los árboles pero sin ver su interior.

Parpadeó un par de veces antes de alzar la mirada tratando de buscar al chico que le hablaba, la expresión de su cara no cambió pero sus ojos se movían inquietos pero recorrían los lados de forma lenta, protegidos por los párpados entrecerrados que demostraban que esa situación no le estaba dando nada de confianza, pero tampoco podía irse de ahí pues no veía nada y a esas alturas apenas y se podría distinguir el camino que la había llevado a ese lugar bajo el árbol.

-me sucedió algo parecido, solo recuerdo que pasé a través de una puerta y aparecí en este lugar- , dijo quedándose callada, que acaso no estaba diciendo cosas con una información valiosa sobre ella?, quien fuera que fuese el chico que le hablaba no lo conocía y ella solo llevaba unos cuantos meses en el lugar, seguro que no la conocía y por su voz, jamás había pasado por la biblioteca a pedir un libro, no lo reconocía de ninguna parte y si algo había aprendido de su propia ciudad y de Dark Souls era que nunca confiaras en ninguna persona que no te demostrara lo contrario. Escrutó de nueva cuenta aquella bruma dándose otra vez cuenta de que no ganaría nada con hacerlo, así que nuevamente se agachó sobre sus piernas y cerró los ojos. --quien eres?-, preguntó de forma casual pero cautelosa, esperando que aquella niebla antinatural desapareciera pronto.

Le sucedió lo mismo. Tengo el presentimiento que ésta bruma tardará en desaparecer. Ya sé la forma de esa nube!. Es ovalada y tiene el rostro de..

Bajó la mirada decepcionado. Quiere parecerse a un rostro humano pero lo que vi,fué sólo mi imaginación. "Quién eres?". Al acabar de escuchar tal pregunta, respondió

-Soy Tomoe Mizuno y ¿Usted joven?- respondió formalmente. No soy muy conocido por éstos lugares. Como también no conozco a todos las personas. Mm.. Y ahora que?. Odio aburrirme. Observa la palma de su mano. Cuando te encuentre. Frunce el ceño formando un puño en su mano. Te aniquilaré, así podre descansar.

Tomoe andaba perdido en pensamientos vagos de su vida pasada. Recordando experiencias y otras cosas, pero sería interrumpido con la respuesta de la mujer. Fué lo que se le ocurrió para no dormirse de aburrimiento pero ni siquiera bostezo, aún.

Frunció de nueva cuenta el ceño, no le gustaba que su vista estuviera cegada aunque solamente fuera por esa niebla, sabía de buena cuenta que si tus ojos no servían, tus demás habilidades de poco servirían, eso no le gustaba, suspirando un poco, recordándolo nuevamente, recordando las cicatrices que surcaban su cara, su voz, diciéndole su nuevo nombre porque ella a pesar de todo el tiempo que había pasado no podía recordarlo aún, en ese momento fue como si estuviera de nueva cuenta ante su maestro cuando sus labios se abrieron para decirle:

-Naoto-, su nuevo nombre, nombre que compartía con otra mujer, la mujer que la había intentado asesinar, la marca de ello aún seguía en su cuerpo. Naoto inconscientemente se tocó la cicatriz en su pecho, -Naoto Fuyumine-, repitió después con su apellido, -trabajo en la biblioteca-, dijo como una adición a todo para que no la fueran a confundir con alguna espía, después de todo, cuántas personas de otros lugares podrían estar en ese lugar, o, cuantas personas no usarían como pretexto el haber llegado de otro lugar para tratar de hacer algo?, lo menos que necesitaba en ese momento era ganarse enemigos, así que subiendo la mirada, recargando la cabeza en la corteza del árbol, volvió a hablar.

-por su voz puedo deducir que nunca se ha pasado por el lugar-, dijo tratando de sonar amistosa y tranquila al mismo tiempo.

Al hablar la humana, sus pensamientos cambiaron. Una vez más estoy aquí. En este mundo. ¿Qué hay de bueno estar en Dark Souls?. Una hoja del árbol frondoso el cual estaba recostando la espalda del kitsune, cayó sobre la palma de su mano, ya que estaba puesta así, quieta. Observa la hoja amarilla. Apretó el puño, agujereando la hoja gracias a sus filosas uñas.

-Eres a la primera que conozco- comentó en tono serio. Fuera de Palacio. Mantuvo el puño en su mano, sin mucho esfuerzo.

"...la biblioteca". -No sé ni donde queda donde trabajas- opinó a la interrogante de, "no haber escuchado su voz" según dijo.

-¿En verdad, éste mundo es tan espacioso?- repentina pregunta suya. En la cabeza del kitsune surgían miles de preguntas, otras con respuestas y las demás, en mayoría, ninguna. Una humana..¿por qué con una mujer humana, tuve que encontrarme?. Kamisama.. Levantó la mirada vista al cielo. ¿Juegas conmigo?.

¿Será que la tristeza y melancolía de la mujer, contagió al kitsune?. El tenía planes, pero parece no tenerlas. ¿Será un truco nuevamente? o ¿Es enserio?

Naoto suspiró tenuemente mientras escuchaba al ser que le hablaba y guardaba silencio a cada pausa que éste hacía para poder volver a hablar, y emitió otro suspiro más ante la respuesta de no saber ni dónde estaba la biblioteca, acaso eso era posible?, ella no llevaba mucho tiempo en ese lugar pero ya sabía donde encontrar cada cosa que necesitara, en verdad existían personas que no sabían nada más que la ubicación de las cosas que los rodeaba?, al parecer si.

Alzó después la miraba, contrariara por la repentina pregunta del hombre que respondía al nombre de Tomoe, su voz le indicaba que estaba tranquilo, como si aguardara algo o como si estuviera teniendo realmente mucha paciencia para 'dialogar' justo como él le había indicado después de anunciarle que no la mataría.

-puede que más grande de lo que puedas imaginar-, respondió mientras que trataba de imaginar la cantidad de personas que estaban en Dark Souls sin que lo hubieran deseado, si serían de la misma ciudad de la de ella o si serían de distinto lugar, que otros lugares existían sin que la gente tuviera conciencia de ello?. Naoto volvió a suspirar sintiéndose un poco frustrada por aquella niebla que aún los rodeaba, por mantener una conversación con una persona desconocida, por estar en un lugar en el que ella se sentía un poco fuera de foco, por no poder nunca conseguir nada de lo que quería.