Fantasmas, no les tengo miedo [Privado]

Desde aquella noche en el lago, no había vuelto al burdel. Había tenido suerte de no encontrarme con nadie en el camino y más suerte de haber logrado alejarme lo sufieciente como para perderme de la vista de cualquier conocido. Mi gran problema es que al perderme de los demás, me había perdido yo. No tenía idea de dónde estaba, cómo regresar ni cómo llegar al poblado más cercano a ésta altura del bosque. Encima, la noche que caía no era un buen augurio para ayudarme a llegar a casa.

Caminé como quien camina sin más nada qué hacer, con la esperanza (ahora sí) de encontrarme a alguien en el camino, aunque fuese un simple viajero que pudiese guiarme a la villa o aldea más cercana. A esta altura, cualquier sitio me venía bien para poder descansar, además de que cualquier sitio sería mejor que mi antiguo hogar.

Parecía que no iba a contar con esa suerte y una fina capa de rocío nocturno comenzaba a humedecer mi ropa y hacia que la temperatura disminuyese un poco más de lo que ya estaba. Mascullé algo entre dientes y buscando el refugio de algún árbol, iba mirando a mi alrededor hasta que una luz me iluminó y encontré una cueva a mitad de camino. Había tenido suerte, si se largaba a llover, no iba a contar con mucho que hacer si mis piernas pasaban a convertirse en una coleta, era mejor buscar refugio.

Entré a la cueva con una mano sobre la pared y moviéndome con cautela cuando de pronto, sentí un sonido horrible y acabé viniéndome al suelo al ver la cantidad de murciélagos que había asustado y salían ahora corriendo por allí, pero lo que más me asustó, fue aquella luz blanca que se dibujó en la pared y despareció de pronto. Grité asustada por ello y quedándome sentada en el suelo, animé a preguntar a la oscuridad misma.

-¿Quién anda ahí?- no sabía si iba a tener respuesta y si iba a ser de un ser vivo o no, pero me arriesgué.

En la oscuridad de la noche, Kiara no se habría sorprendido si la confundían con un espectro o eso pensaba sonriendo un poco mientras caminaba tranquilamente, frente a ella y llevando una lámpara de aceite iba un esqueleto que había encontrado hacia un rato, alumbrando el camino, mientras detrás de ella y bien armado iba el esqueleto de Gerik, que cargaba en su espalda un saco con el cajón que Kiara solía llevar para guardar al mismo Gerik y algunas cosas que la hechicera llevaba con ella, cuando Kiara gruño un poco, a pesar de que la noche no la molestaba, la temperatura empezaba a bajar, había un poco de niebla y roció que mojaba y molestaba y finalmente, decidió hacer un alto y buscar donde pasar la noche.

Miro a su alrededor hasta ver, gracias al haz de luz del esqueleto que iba frente a ella, una pequeña caverna pero que seria suficiente para pasar la noche, así que se acerco y entro mientras los 2 esqueletos, fuera, empezaban a recoger leña para hacer una fogata, Kiara encontró la cueva mucho mas cómoda de lo que había pensado en un principio, ya que era bastante larga y tenia una bifurcación lo que la hacia segura ya que la luz no saldría aunque encendiera una fogata, se sentó mientras los esqueletos echaban la madera y después encendió el fuego y se sentó para calentarse y secarse cuando escucho un grito afuera, en el acto ambos esqueletos se levantaron yendo a la entrada de la caverna mientras Kiara tomaba su bastón lista para defenderse... si a quien fuera quien grito le quedaban ganas de pelear.

Bueno, era hora de ser valiente. Fuera no me iría porque estaba comenzando a llover y no me convenía salir, mojarme y andar arrastrándome luego por ver aparecer mi colecta en medio del bosque, tampoco era algo inteligente hacerlo. Lo mejor que podía hacer era averiguar qué era eso que apareció hacía unos instantes y si aún tenía valor y la fuerza para hacerlo, enfrentarlo.

Nuevamente, comencé a caminar con un poco más de seguridad en mí misma esperando no encontrarme con nada raro en el camino.

-Ojalá sean murciélagos- me dije a mi misma mientras avanzaba y veía que con lentitud, la luz comenzaba a acercarse a mí. así que además de moverme yo, la luz también lo hacia. Esto no me estaba gustando demasiado. Respiré profundo y doblé en aquella bifurcación encontrándome con un esqueleto de pie frente a mí. Un grito un poco superior al otro escapó de mi boca cayendo sentada al suelo al ver semejante cosa en frente mío.

Gerik y el otro esqueleto se acercaban poco a poco a la bifurcación dela cueva mientras Kiara pensaba rápidamente que hacer, ya que realmente no tenía idea de quien podría estar por esa zona, ni siquiera podrían ser bandidos ya que cerca no había pueblos ni aldeas ni ningún tipo de ruta y Kiara por experiencia sabía que no se iban adentro a las montañas o valles... pero de repente se escuchó un grito más fuerte que el primero y ese sin duda era un grito de mujer, por lo que Kiara se levantó rápidamente

-ESPEREN NO LA MATEN!!!

Corrió y vio como Gerik bajaba su espada y a una joven que caía, pensó: ya valió... se la echaron!!

Pero vio como la chica se quedaba sentada y no terminaba de car por lo que sonrió acercándose rápidamente, sin miedo ya que de intenta hacerle algo, Gerik la mataría inmediatamente, la chica parecía estar bastante aturdida y Kiara no lograba entender por qué, aunque bueno ella estaba acostumbrada a ver esqueletos caminando y no les tenía ningún miedo, se acercó a la joven picándola un poco con su bastón

-Oye levántate... no te preocupes estos no te harán daño están animados con necromancia... hola?... despierta...

Le dijo picándole la frente con la punta de su bastón

No, no y no había sido la mejor idea inmiscuirme en la cueva ¿Esqueletos andantes? ya con esto lo había visto absolutamente todo. Aún me sentía incapaz de moverme mirando sólo fijamente al armazón de huesos humanos que estaba frente a mí ¡Dí algo! me intentaba decir a mí misma pero parecía que no daba resultado así como así.

-¿Q-qué?- pregunté al fin logrando balbucear algo cuando vi a aquella muchacha que hablaba sobre dejarme vivir mientras me picaba con su bastón de madera en la frente. Había escuchado alguna vez una historia sobre gente que podía revivir a los muertos temporalmente y bajo sus órdenes pero jamás había pensado en que podría verlos con mis propios ojos.

Haciendo un ademán por impulsarme del suelo, intenté que mis piernas me respondiesen a pesar de que no podía sentirme totalmente repuesta del susto precisamente porque el esqueleto seguía frente a mí como si nada.

-¿O sea que viene contigo? ¿O sea que tú lo controlas? dije y luego pensé bien que lo había dicho. Seguro que ella lo controlaba pero no sabía cómo reaccionar ante ésta situación

Aún me sentía bastante nerviosa por estar frente a esas cosas. Los esqueletos andantes eran una de esas cosas que imaginaba no iba a tener que ver en mi vida, pero ahí estaba frente a un par con una joven hablándome sin que yo le dijese nada más que puras tonterías.

-Lo siento, es la primera vez que me pasa algo así- dije refiriéndome que era la primera vez que veía semejante cosa ante mí, pero creo que sólo me faltaba acostumbrarme un poco que rondasen a mi alrededor ¿verdad? Sí, eso debía ser, con un poquito de tiempo, podría estar como aquella joven que parecía afectarle en lo absoluto que estuvieran frente a ella... bueno, ella los controlaba era normal que se sintiese así ¿no? Sí, eso debía ser.

Siguiéndola cuando me habló de nuevo, asentí simplemente ante sus palabras creyendo que mi lengua se negaba a cooperar aún.

-Es que... estoy de viaje- comenté -y se largó a llover muy de repente y apenas llegué a la cueva. y por primera vez en la noche, la miré con una sonrisa -igual, no es nada. Podría haber sido peor y acabado de peor manera- comenté -gracias por preocuparte de todas formas y la seguía observando el recorrido que hacíamos -¿Tú también te viste atrapada por el agua?- pregunté curiosa sentándome junto al fuego. Eso de verdad se sentía bien después de tanto andar a la deriva.

Es verdad que no estaba actuando de lo más normal por lo que me sentía avergonzada con la muchacha que había sido tan amable conmigo desde que me había encontrado con ella. Tenía que hacer algo para remendarlo aunque sea, comenzar a actuar normal.

-L-lo siento- dije bajando la mirada para que no se viera mi expresión -no suelo s-ser así. Es que- volví a mirar a la peculiar compañía que tenía la joven -es la primera vez que veo a uno de esos... andar- comenté sin saber explicarme mejor.

Aunque... a decir verdad, su comentario sobre mi cuerpo me dejó sin palabras.

-¿Hubieses usado mi cuerpo... así?- balbuceé mirando a los esqueletos. Aunque, sinceramente, no tenía mucha idea de cómo habría de quedar mi esqueleto, porque en éste momento, aún poseía mi forma humana, pero si fuese una sirena ¿Sería diferente? Me quedó la duda después de eso.

Me quedé calladita unos momentos pensando en ello, sintiendo el calor abrazador del fuego recorrer mi cuerpo. Era agradable después de todo, aunque no fuese el lugar más apacible que pudiese encontrar, era agradable encontrarme ahí.

-Sí, gracias- comenté recibiendo el trozo de comida que ella me alcanzaba. Hacía un par de días que comía poco y nada y que, en vista de que no llegaba a ningún poblado, la escasea de alimentos era aún mayor por ésa razón. Había tenido suerte de encontrarme con aquella joven -Esperemos que no llegue nadie entonces. El clima no es muy favorable como para tener que salir de aquí ¿no lo crees?- pensé dando una probada a la carne. ¡Estaba sabrosa! O era el hambre, fuera lo que fuese, estaba agradecida de ello... aunque me había quedado pensando en que el lugar podía tener dueño y ahí, sí nos veríamos en problema al encontrarnos con alguien o algo más. Más en la posición en la que nos encontrábamos, al menos, yo, sin tener algo de agua cerca, era completamente inútil, así que dependería de mi compañera completamente -por cierto, mi nombre es Joseline ¿me dirías el tuyo?-