Luz, cámara, muerte(?) [Libre]

Spoiler:

Después de horas de estar viajando en una carreta de carga, Sakura había conseguido llegar a la Ciudad principal. La razón de su viaje era que había recibido noticias de su Maestro, en cuya carta pedía que viajara a la ciudad lo antes posible para discutir unos asuntos... posiblemente era algo relacionado a la Orden de magos a la cual pertenecía.

De forma amable el comerciante le había ofrecido llevarla de regreso al pueblo, por lo que habían quedado verse en la plaza principal a las 6; de esa forma el hombre terminaría con sus ventas y la rubia para conocer la ciudad.

Después de un rato de pasear en las calles había conseguido dar con la Plaza Principal: un espacio enorme rodeado por hermosas áreas verdes, senderos impecables por donde las personas paseaban apaciblemente, contemplando el paisaje, disfrutando con su familia...

- ¡Señorita!- el suave golpe de una pelota contra su pie provocó que la menor mirara al alegre niño de aquel pequeño grupo de infantes que intentaba llamar su atención- ¡Señorita! ¡pase el balón, porfavor!

- ¡Esta bien!- respondió amablemente la ojiazul mientras se alejaba para patear la pelota de vuelta a sus dueños. A decir verdad, nunca había sido buena en deportes, pero mayor fue su sorpresa cuando al momento de patear el balón esta saliera volando hasta caer sobre la cabeza de un hombre que al parecer se encontraba disfrutando su siesta en el suelo. De forma preocupada y arrepentida, Sakura y el grupo de niños se acercaron a ver si el hombre no se encontraba herido.

- ¡L-lo lamento mucho! ¿Se encuentra bién, Señor?

Los niños asintieron al unísono antes de tomar su balón y alejarse a retomar su juego, dejando a la rubia con aquel hombre de mirada bicolor. Sakura volteó a ver al incubo mientras revisaba con la vista que no hubieran rastros de sangre o golpes en su cabeza.

- En verdad lo lamento. Nunca he sido buena para los deportes, nunca creí que podría mandar un balón tan lejos...- volvió a disculparse. Realmente estaba apenada con el hombre- ¿Está seguro que se encuentra bien?

No podía evitar estar preocupada por aquel desconocido, la mirada fija de él comenzaba a incomodarle un poco, además que esa sonrisa con la que había contestado anteriormente no le había convencido del todo.

- Por cierto, me disculpo por mi grosería, ya que no me he presentado- sonrió de forma amable- Mi nombre es Sakura Kazehana. Es un placer y nuevamente me disculpo por el incidente

La chica parecia nerviosa, como si mi mirada la incomodara, mire a los chicos irse del lugar lentamente, esta era mi oportunidad de acercarme, necesitaba algo de sangre, o un poco de... "accion" para sentirme vivo.
Camine dirigiendome hasta la chica, lentamente, extendiendo mi mano para saludarla.

-Susume Kisho es mi nombre, señorita-

Tomando su mano para besarla, era imposible usar mis habilidades todavia, ademas, llevaba guantes para evitar que cayera en la ilusion, aunque queria hacer una "travesura" ella parecia que era demaciado pura, no podia hacerle daño... o no a plena vista...

-No me pida disculpas señorita sakura, deberia estar orgullosa de su fuerza sobrehumana-

Necesitaba saber mas de ella, necesitaba saber que es ella, o puede ser que solo, me recordaba a mi primera victima...

- Susume-san, es un gusto conocerlo- sonrió algo apenada al ver como el mayor le saludaba de esa forma tan elegante- Aun así, pude haberlo lastimado. Debo tener un poco más de cuidado...

Era extraño; por la fuerza del impacto pudo haber provocado por lo menos una herida en el mayor, pero no habían señales de sangre ni marcas en ninguna parte; en cierta forma eso aliviaba a la ojiazul, Susume había corrido con mucha suerte.

- Al menos dejeme compensarle de alguna forma... etto...- Sakura miró el reloj del parque, el cual marcaba la 1 p.m.- ¿Y si le invito un café? Si tiene tiempo, claro

Sonrió de forma amigable esperando la respuesta del ojiheterocromo. Esperaba que con eso pudiera disculparse...

Le pareció algo extraño la forma de responder del mayor, pero lo más seguro era que lo hubiera dicho de broma, por lo que la chica asintió con algo de duda ante el mayor.

No se había dado cuenta era que la mirada de Susume era algo extraña, y no precisamente por el color de sus ojos; a fin de cuentas ella tenía como amigos a un par de gemelos con ojos heterócromos... en sus ojos podía notar una intensa energía, pero a la vez una especie de vacío.

- Etto... en realidad, es mi primera vez en la Ciudad, pero podemos buscar una cafetería por aquí- sonrió con un poco de pena- Debo partir de aquí a las 6, así que tenemos suficiente tiempo para pasear, ¿no cree?

Mientras caminaban, Sakura buscaba por los alrededores algún lugar donde pudieran tomar alguna bebida, ignorando la forma en como el chico le miraba; en ese sentido siempre había sido muy inocente. Finalmente encontraron una cafetería al aire libre en la esquina de una edificación a unas cuantas cuadras de la Plaza central, un lugar de vista bastante apacible y limpio.

- ¿Le parece bien ahi, Susume-san?

No sabía porqué, pero por algún motivo aquella sonrisa no le convencía. Podía ser algo ingenua, pero una sonrisa falsa no le engañaba, no importaba que tan bien fingida fuera; sin embargo decidió no decir nada y sonreír de forma amable ante el gesto de caballerosidad del mayor.

- Gracias, Susume-san- agradeció en lo que el mesero se acercó a dejarles los menús. Decidió imitar a su acompañante y pidió una taza de café- ¿Sabe? no necesita referirse hacia mí con tanta formalidad. Puede llamarme por mi nombre

Lo que realmente le tomó por sorpresa fue la forma como Susume adivinó que ella sabía usar magia, en especial por el hecho de que el ojiheterócromo se había referido a su esencia y a su fuerza.

- A-algo así, aunque en realidad sigo siendo una aprendiz. Me queda mucho camino por recorrer... etto...

No pudo evitar sonreír con algo de pena. Era cierto que era una hechicera, y una de las más fuertes dentro de la rama Arcana, según palabras de su Maestro; pero aun le faltaba mucho para llegar a convertirse en una Maga Maestra. Lo que aun le parecía extraño a la rubia era la forma en como el peliazul lo había descubierto... Algo le decía, que tal vez Susume no era tan humano como intentaba parecer...

- Entonces, Susume-san, ¿A qué se dedica Ud.?

No sabía que le había tomado más por sorpresa, si el momento en que Susume había tomado sus manos o que pudiera percibir aquellos rastros de energía arcana en sus dedos, algo imperceptible para los seres humanos... con eso sus suposiciones se acababan de confirmar: Susume Kisho no era un ser humano.

-Yo... solo soy un actor, el cual le gusta leer... la magia me encanta, ademas de sus variantes... todo, ordenado por los cuatro elementos...- Movi rapidamente mis manos, haciendo un gesto de que olvidara lo que habia dicho...

- No se preocupe. Es bueno hablar de las cosas que nos gustan- sonrió de forma amable- Es solo... es muy raro que las personas conozcan sobre esa clase de temas. Normalmente esa clase de temas solo se hablan dentro de los Círculos de Magos

Nuevamente la mirada del ojiheterócromo volvía a intimidarle un poco, casi como si el mayor intentara someterla a una especie de trance. No sabía si era eso o simplemente su imaginación, pero su entrenamiento mágico le había hecho fortalecer su mente contra ese tipo de hechizos.

- -¿Es actor? Debe ser un trabajo muy interesante- sonrió con algo de asombro-¿Cuánto tiempo tiene en ese oficio, Susume-san? Estoy segura que es todo un profesional...

Después de escuchar su relato no pudo evitar sentirse culpable por haberle preguntado. El perder a alguien preciado era algo muy doloroso, y lo que menos quería la rubia era hacer sentir mal a su compañero.

- Lo lamento mucho, Susume-san...- se disculpó- Debió haber sido un golpe muy duro para Usted...

Nuevamente esa falsa sonrisa no volvía a engañarla. No sabía si Susume realmente seguía sufriendo la pérdida de sus amigos o no, pero Sakura sabía que era mejor no indagar en ese tema... lo que menos quería hacer era lastimar al mayor haciéndole recordar cosas tristes.

- ¿Porqué me volví Maga? Pues...- ahora fue ella quien se quedó mirando a su taza de café, recordando el día en que se inició como aprendiz- Hay muchas personas importantes para mí, que quiero proteger...- sonríe- En realidad no sabía de mis capacidades mágicas hasta que el Maestre Ávalon me convirtió en su aprendiz...

Ese era un día que jamás olvidaría... uno de los días más felices para ella. Pese a ser solo una niña al Hechicero pareció no importarle y no tardaron en comenzar su entrenamiento mágico. Si, había sido duro, pero su Maestro le había enseñado bien...

- Es por eso que digo que aun soy una aprendiz. Me falta mucho para llegar a ser como el Maestre Ávalon

- Susume-san...

No esperaba que el mayor enfureciera al escuchar el nombre de su maestro... al parecer no solo lo conocía, sino que también lo odiaba. En cierta forma Sakura se había asustado un poco al ver al incubo tan molesto; ella sabía que su maestro era un hombre serio pero que nunca lastimaría a seres inocentes... algo malo debió haber pasado entre esos 2 como para que Susume llegara a ese estado de furia.

Pero así como enfureció volvió a recobrar la compostura, pidiéndole disculpas a la chica mientras intentaba limpiar los restos de la taza que había quedado destrozada así como el café que había quedado regado sobre la mesa. Sakura asintió tímidamente, aceptando sus disculpas, antes de tomar unas cuantas servilletas para ayudar al ojiheterócromo a limpiar.

- Lo siento... no sé exactamente que relación tenga usted con el Maestro, Susume-san... tampoco voy a preguntar sobre que ocurrió por respeto a usted y al Maestre Ávalon... pero... - la rubia bajó la cabeza en señal de disculpa. En su mirada azulada daba a entender que quería disculparse en nombre de su maestro- Lo lamento mucho. Lamento que el maestro le haya lastimado...

Sin embargo, con esa muestra de ira Sakura no solo había confirmado que el chico no era humano, sino que era alguna clase de demonio... eso podía notarse por el cambio de sus ojos a una tonalidad carmesí y por el aura de energía oscura que había comenzado a emanar de él durante su momento de ira...

Ya casi habían acabado de limpiar cuando de repente sintió como el mayor tomaba su mano mientras la miraba a los ojos, lo que extrañó un poco a la ojiazul, a la vez que un ligero escalofrío recorría su columna. Parecía como si el incubo estuviera confundido... ¿Acaso se encontraría bien?

- ¿Susume-san? ¿Pasa... algo?

Rápidamente vio como el joven soltó su mano bruscamente y bajó la mirada para evitar chocar con la suya, lo que dejó a la rubia algo preocupada, a tal grado que ni siquiera notó el sonrojo que se insinuaba en las mejillas del contrario. Permanecieron por unos momentos en silencio hasta que Susume intentó desviar esta extraña tensión con aquella pregunta.

- Pues, comencé mi entrenamiento cuando tenía 10 años, por lo que ya van 5 años desde que me volví aprendiz del Maestre Ávalon y Lady Leadianne. Pero sé que aún soy una aprendiz... aun no les llego siquiera a los talones; solo espero ser algún día alguien tan fuerte como ellos.

Esto último lo había dicho con una sonrisa llena de admiración por sus 2 maestros. En realidad, Ávalon y Leadianne eran de los magos más poderosos; si solos podían enfrentarse a una gran horda de enemigos, quien sabría lo que harían estando juntos. Ahora que lo pensaba, ¿qué era lo que admiraba Susume?

- Susume-san, ¿Usted tiene a alguien a quien admire mucho?

Admirar... En mi larga vida he conocido mucha gente... Aún así, sólo 1 he admirado por su poder y determinación... El "ojos rojos"... Aquel demonio que desafío a un reino sólo por diversión... Su poder era inimaginable... Pero, el desapareció sin decir nada... Como sí la tierra se lo hubiese tragado...
Levante la cabeza y mire a aquella chica... Le sonreír falsamente mientras tomaba sus manos...
-Nunca he admirado a nadie... Pero... Sí he querido ser como alguien...-
Cerré mis ojos, recordando aquella mirada y su maniática risa... Que volvía loco a cualquiera que lo escuchara...
-Cuidado... El volverá...-
mis palabras terminaban saliendo sin poder controlarlas... El estaba de vuelta y volvía loco a los demonios con su poder... El ha vuelto

Sakura no entendía lo que el Incubo acababa de decir, a tal grado que no se dio cuenta en qué momento él había tomado sus manos... ¿"Él volverá"? ¿De quién hablaba?

- ¿Quién volverá, Susume-san?- preguntó con algo de extrañeza, aun sin convencerse mucho por aquella sonrisa falsa que el mayor ponía- ¿Se refiere a... la persona que admira?

Había muchas cosas que no entendía, por no decir que la actitud de su acompañante comenzaba a preocuparle un poco. Tal vez fuera por su naturaleza inocente o porque simplemente era una híbrida, pero había cosas del mundo de los Demonios que jamás llegaría a comprender... el único que entendía de esas cosas era su padre, y normalmente prefería dejar el mundo de donde él provenía completamente aparte de su familia.

- Esa persona es muy importante para usted por lo que veo, Susume-san- sonrió amablemente para eliminar el extraño silencio incómodo que se había generado en el lugar por el comentario anterior- ¿Ud. extraña a esa persona?

La desesperacion invadió mi cuerpo, instintivamente tenía miedo... Miedo a aquella cosa... Aunque sabía que su poder estaba disminuido por el tiempo... Y que el asesino a todo un grupo de asesinos... Llamados "crows" aún así tenía miedo... Aprete las manos de la chica... La mire a sus ojos con miedo y dije en voz baja...
-El ojos rojos ha vuelto... Iru...-
Un dolor apareció en mi pecho, sintiendo una presión en mi, que no me dejaba respirar bien... Será el miedo a la muerte... O sólo que algo le pudiera pasar a la pequeña arcanista... Aún así, sí el volvía todo estaba acabado...
Me recoste en el suelo, mirando el techo del lugar... Viendo como lentamente las personas abandonaban el lugar...

- ¿Susume-san?

No entendía que ocurría... por algún motivo el mayor se veía alterado, con miedo; solo la palabra "Iru" salió de los labios del ojiheterócromo antes de que se dejara caer en el piso. Inmediatamente Sakura se puso de pie y se acercó para ver si el incubo se encontraba bien, el cual al parecer aun se encontraba asustado.

- ¿qué ocurre?- preguntó preocupada- ¿se encuentra bien? Venga, déjeme ayudarle...

Rápidamente ayudó a Susume a ponerse de pie y le sacudió con mucho cuidado la ropa para quitarle el polvo.

- Susume-san, ¿quién es el "Ojos Rojos"?

Cuando se dio cuenta, la rubia notó como poco a poco las personas iban abandonando el lugar. Un ligero escalofrío recorrió la columna de la ojiazul, como si algo la inquietara; no sabía que le ocurría a su acompañante, pero si lograba sacarlo de ahí sería mejor

- Algo no esta bien... puedo sentirlo...- dejó el dinero de los pedidos en la mesa antes de tomar a Susume del brazo para llevarlo fuera, ya que él se veía demasiado consternado como para moverse- Lo mejor será irnos, Susume-san...

Al salir de la cafetería, Sakura revisó el reloj de la esquina, el cual marcaba las 3:30... aun faltaba para poder regresar al pueblo...

Sakura escucho en silencio toda la explicación de Susume hasta el final; la verdad no entendía como el incubo podía admirar a alguien tan cruel y sanguinario como lo describía... bueno, ella no podía decir nada, ya que cuando su sangre de demonio despertaba su personalidad cambiaba a algo similar, pero al menos su lado demonio sabía hasta donde llegar.

-Sakura, vete por favor... el no es un juego y menos alguien normal... no hagas nada, el viene por mi... lo unico que quiero es que no estes aqui... tu eres mucho mas importante que este viejo...-

Me intente mantener de pie, pero mis piernas temblaban del cansancio... aun asi no podia caer...

Ignorando su petición la rubia le ayudó a mantenerse de pie. Era obvio que lo que menos haría después de verlo en ese estado era dejarlo solo contra alguien como Irubi.

- Susume-san, lo lamento... pero no lo haré- a pesar de todo lo que el mayor le reprochara y le exigiera que se fuera ella negó con la cabeza de forma tranquila- No debería restarle importancia a su vida, ya que Usted también es importante. Además... recuerde que soy la alumna del Maestre Ávalon. No podría perdonarme si huyera y lo dejara pelear solo en ese estado... eso va en contra de todo lo que creo.

Sakura sonrió para intentar alivianar un poco el miedo que el ojiheterócromo sentía. Como Hechicera que era había aprendido a perder el miedo en combate... "Protege lo más importante"... ese era el lema de la Orden de los Magos Blancos.

- Todo estará bien, Susume-san. No tiene que pelear solo.