Divagaciones (libre)

Recuerdo del primer mensaje :

Sentado sobre la gran copa de un árbol contemplaba sin mas aquel lugar, "el reino obscuro", un sitio en el cual la luz del sol no era capaz de filtrarse entre los árboles, simplemente el lugar perfecto para que un vampiro como yo estuviera aqui, no tenía que preocuparme por el hecho de que en cualquier momento el sol me llegara a dar de lleno y me afectara,no, solo en este lugar era capaz de relajarme por completo.
Escuché un fuerte ruido cerca de donde yo estaba, eso me alertó inmediatamente, haciendo que mirara hacia esa dirección. Noté como algo saltó hacia mí y me hizo caer de lleno de la rama.

Mis ojos se encontraron de lleno con los de un extraño ser similar a algun gran felino, este me daba zarpasos e intentaba con sus fauces morder mi cuello y lograr que yo dejara de moverme para así poder "devorarme" mas sin embargo, realmente era él quien sería devorado. Yo llevaba algún tiempo desde la última vez que probé aquel líquido vital, por lo que en segundos al escuchar su corazón palpitar mis ojos se volvieron rojos y sin más acerqué mis labios a su cuello clavando mis colmillos en este y bebiendo de aquel jugoso líquido mientras el animalejos se revolvía entre mis brazos intentando escapar, perdiendo sus fuerzas cada segundo hasta que quedó completamente inerte entre mis brazos.

ME levanté dejando el cadáver de aquel animal en el suelo y me limpié la boca al quedarme un hilo de sangre brotando de esta. volví a subir a aquel árbol estando satisfecho luego de aquel suculento trago de sangre.
Miré un rato mas el paisaje que daba este obscuro lugar hasta que el aburrimiento comenzó a hacer asomo en mí, para mi suerte llevaba un libro conmigo, así que, sin mas lo saqué y lo abrí en la página que había quedado, leyendo con interés pero a la vez prestando atención a lo que me rodeaba, no podía bajar la guardia en este lugar con tantos animalejos como ese rondando cerca.

Me limité a escucharla sin dejar de clavar mi mirada en ella, parecía que, por mas que le dijera que no se lamentara por ello simpre lo haría. Mi mano siguió acariciando suavemen su mejilla, a la vez que mi mirada vino-castaña seguía clavada en ella.

- No te preocupes, estoy bien, mis heridas se encontran casi sanadas por completo, por lo que el hecho de que hubieses bebido de mi sangre no me afecta -respondí dandole una pequeña sonrisa, curvando mis labios en esta ligeramente.

Observé como sus heridas sanaban con el apsod e los minutos, eso me hizo sonreir. El beso en mi mejilla provocó una sonrisa algo dulce en mi rostro, luego escuché su pregunta y negué de suevo, sintiendo suslabios rozar mi herida luego de que su lengua lo hizo tambien.

- No realmetne, despies de todo, estas son heridas que en muchos casos, para mi, son de la mayoria del tiempo ocurrentes en mi cuerpo dado a que los demás vampiros buscan la manera de acabar conmigo o.. simplemente de poder beber mi sangre -me alcé ligeramente de hombros.

De nuevo contemplé sus heridas, acercando mis labios a una de las de sus brazos y rozandola suavemente con estos, par depués volver a clavar mi mirada en ella.

- En verdad me alegro el ver que te estas recuperando.. -musité aun agachado a su altura, dandole una sornisa de medio lado.

Me limité a asentir, si no eran los vampiro que me odiaban, eran aquellos que anhelaban el obtener algo de mi sangre.. mi apellido simplemente era un poco pesado en este momento pues, era odiado a causa de los rumores y tambien el mas deseado a causa de la sangre familiar.

Observé a los dos dragones, uqe ya se habían levantado del suelo y se habían ido a jugar por ahí, sonreí un poco, en verdad parecía que se preocupaban mucho por Sumireko, y tendrían motivos pues ella era un ser al cual se le llega a tener afecto en poco tiempo.

- Si, muchos enemigos... -respondí soltando un leve suspiro, bajando unos instantes la mirada para luego volverla a posar en ella- No vuelvas a intentar luchar sola contra esas tres cosas.. -musité, acariciando su mejilla- Si te quedas conmigo, ninguno de los dos tendría porque luchas solo esbocé una sonrisa- En verdad.. me alegra que no hallas decidido marcharte aunque, el quedarse aqui, conmigo, puede ser algfo.. arriesgado..

Sonreí y solo asentí cuando prometió no volver a ir sola y luchar, almenos eso me dejaba un poco tranquilo, ya que había menos riesgo de que saliera herida si no se dedicaba a estar luchando cola.
Sentí su dedo sobre mis labios, el cual me tomó por sorpresa, quedandome en silencio, escuchando lo que ella decía, obviamente, no mencionando los incidentes de los ataque lo aquellas criaturas. Permanecí en silencio apesar de saber que si habían sucedido un par de cosas ue podrían denominarse como malas, y me limité a seguirle escuchando.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, y la abracé suavemente, a pesar de notar que ella miraba hacia otro lado, para después, sonreírle de nuevo a ella, verdaderamente, conocer a alguien que, no me temiera o me evitara por las cosas que ha escuchado, por haber visto mi poder o por el simple hecho de saber que corre gran riesgo estando yo cerca de ella,me alegraba, después de todo, siglos completamente solo... no habían sido agradable.

- REalmente algo así no me preocupa, tu serías libre de irte en cuanto quisieras... aunque realmente te agradezco el quedarte aqui a pesar de todo -musité.

Escuché un ligero chapoteo, no sonaba muy seguido pero si lo podía escuchar, miré hacia el lugar de donde fluía agua, mirando a Piff y Minos volar sobre este, alzando sus colas evitando mojarse a pesar de que de vez en cuadno les era inevitable el mojarse un poco.
Reí por lo bajo, en verdad se les veía mas tranquilos al ver que ella estaba bien, me pregunté por un momento que tan fuertes serían de grandes, para luego, levantarme lentamente y observar la cueva, en si, ahora habían bastantes rocas y criaturas brillantes en el suelo, por doquiera que se le mirase, aquellos seres habían dañado un poco la cueva, pero esta aun seguía en pie.

Observé la acción de Sumireko, escuchanndola y asintiendo, cerca de donde yo estaba hacia una roca, bajo la cual se encontraba uno de esos pequeños animales, aun con vida pero con su cola prensada bajo esta. Camine hacia ahí, levantando la roca y cargando al animal, notando que estaba un poro herido, aunque no era nada muy grave.

- Veo que eres suertudo, ¿eh? -le hablé a aquel pequeño ser que solo se movió tímidamente en mis manos.

Vi a otros pequeños animales moviéndose con lentitud sin saber a donde ir, por lo que, cargué a algunos, no eran tan grandes, así que podía llevar bastantes en mis manos, y, siguiendo la acción de Sumireko, dejé todos en aquel lugar, observando como trepaban y su brillo se hacía mas fuerte, parecía que no les agradaba estar en el suelo.

Luego me dispuse a recoger algunas rocas, apilándolas en un lugar, de manera que no cayeran fácilmente y de que reforzaran en parte la pared contra la que las coloqué pues, esta tenía algunas grietas, y, otro ataque así la haría caer. Observé ahora la cueva, el suelo se encontraba despejado ahora, así que sonreí ligeramente para mi mismo, para luego observar de nuevo a Piff y Minos jugar.

Miré a Piff y Minos acercarse a mi en cuanto acabé de apialr las rocas, pero luego Minos se alejó llendo con Sumireko mientras Piff se quedaba conmigo, aleteando y elevándose por sobre el suelo, le dediqué una sonrisa a la pequeña dragona.
Escuché a Sumireko, mirando como ahora cargaba a ambos dragones y asentí con una leve sonrisa, observando como los animales de brillo azulado se encontraban ya en el techo de la cueva, brillando con intensidad como si nada hubiese sucedido, y la cueva lucía bastante presentable.

-Así es, al menos ellos en su mayoría sobrevivieron.. aunque otros se encuentran en un mejor lugar ahora -musité.

Observé nuevamente a Piff y Minos, acariciando las cabezas de ambos, para luego mirar nuevamente a Sumireko ante su pregunta y me quedé pensativo unos instantes, para luego, caminar distraidamente.

- Hum.. no lo sé, podría mostrarte el resto del bosque, o el lugar en el cual se podría decir que vivo.. hay muchas cosas que hacer aqui.. -la miré- ¿Que deseas hacer? -le pregunté, sin saber realmente que podriamos hacer en este bosque que resultaba ser bastante grande, misterioro y a la vez peligroso.

Asentí con la cabeza observando nuevamente hacia donde estabas aquellos animales de especial brillo azul,parecía que estaban mejor luego de todo lo acontesido, y eso me calmaba un poco, almenos no había nada más que pudiese perturbarlos, sabía que luego del tiempo estarían mejor e inclusive hasta podría haber más de ellos en esta cueva como si no hubiese sucedido nad realmente.

Me detuve cerca de la entrada observando a Sumireko, sopesando por aquella obción ya que aun me preocupaba que hubiesen seres como los de hace un rato rontando por ahí, pero, finalmente asentí luego de ver a los tres tan ánimados con respecto a terminar de conocer el bosque.

-Bien, vamos -musité dando un paso pero deteniendome y observando al par de dragones, luego, a Sumireko- ¿Te ayudo con alguno? -ofrecí observando nuevamente a aquel par que se había ganado mi afecto al igual que Sumireko.

Decidí escuchar y oler las cercanías agudizando mis sentidos, aun me preocupaba un poco que pudiesemos econtrarnos con alguna criatura que pusiera en riesgo a Pif, Mino y Sumireko, pero, en lo que respectaba a los lugares aledaños no parecía haber nada m´+as cerca, eso me relajó un poco mas no bajé del todo la guardia, dado a que nunca se sabía que animal de esos podía estar camuflando su aroma para no ser detectado y se encontraba preparado apra atacar.
Miraba hacia fuera desde el interior de la cueva, para luego mirar nuevamente a Sumireko y al par de dragones.

Cargué a Minos cuando Sumireko me lo entregó para luego observarla salir de la cueva, asintiendo y llegando a su lado, observando algo dudoso para estar seguro de que no coriamos peligro alguno. Me sentí aliviado al ver que no había algun animal peligroso cerca comencé a caminar, mirándo sobre mi hombro a Sumireko, deteniendome y dandole una pequeña sonrisa.

-Vamos -musité para volver a caminar.

Comenzamos a internarnos nuevamente en el bosque, aun seguía atento a lo que nos rodeaba. Me detuve un instante al sentir un aroma, no era peligroso pero, sería mejor no asustarle.

- Mira.. -dije en un susurro para luego observar como de entre los arbustos saltaba algo similar a un ciervo y su cria, aunque, eran ligeramente diferentes. La cria similar a un cervato caminó hacia nosotros completamente curioso, moviendo sus orejas y deteniéndose justo frente a ambos mientras su madre se distraía con las hiervas que crecían ahí.

Extendí mi mano y el pequeño la olfateó para luego acercarse a Sumireko. La miré a ella con una sonrisa un tanto divertida.

-Tiene curiosidad sobre quien eres, no reconoce tu aroma o el de Piff y Mino -hablé suavemente apra no asustarlo.

Sonreía observando como el pequeño cervato lucía contento y curioso alfateando a Sumireko y a Piff, aunque tambien, al prestar atención a su madre noté como ella lucía algo nerviosa, mirando hacia ambos lados con su cola y orejas completamente paradas en señal de alerta.
Miré a mi alrededor estando atento a los sonidos que habían a nuestro alrededror hasta que un gruñido a espaldas de Sumireko mi hizo girarme y, colocarme entre ella y aquella criatura, dejando a Minos en el suelo, frente a Sumireko.

En cuestión de segundos aquella bestia saltó de entre los arbustos, ya era la senguda vez que me topaba con una de estas criaturas enel día. Acabé de espaldas en el suelo, sujetando las patas de aquella criatura para evitar sus potentes sarpasos y, a la vez clavando mi mirada en los ojos de aquel felino. Un gruñido de dolor salió de sus fauses y ahora se revolcaba para poer escapar, lo dejé ir, dado a que internamente estaba muy dañado, solo era cuestión de horas para su muerte.

Me levanté y suspiré, para luego girarme hacia dodne estaba Sumireko, notando que el cervato y su madre ya no estaban, era evidente que se marcharían al ver ese peligro potencial cerca.
Cargué de nuevo a Minos.

Hay seres algo comúnes aqui, ese es uno de ellos, aunque sea peligroso es sencillo hacerlo huir -murmuré, logrando escuchar criaturas no muy lejos, por lo que, le tendí mi mano a Sumireko y la tomé, comenzando a caminar, sujetando su mano muy suavemente.

Seguí atento al sonido de las patas de los animales haer crujir las ramas que estaban en el suelo, inclusive el jadeo de sus respiraciones se lograba distinguir a medida que se nos acercaban, sentí como Sumireko se acercaba mas a mi sin dejar de tomar mi mano, pero, al escucharlos tan cerca, la apegué por completo hacia mi, soltando su mano para ahora con mi brazo rodearla por la cintura, evitando así que cualquie animalejo de esos la tuviera como una presa fácil de conseguir, al igual que a Piff y a Minos.

Lamento haberte dado un susto así, pero no tuve tiempo en lo más mínimo para prevenirte de ello -dije mirandola de reojo notando que la cercania entre ambos era de muy pocos centímetros entre ambos.

Volví a mirar el camino, escuchando un singular cantar, el cual hizo que los animales que nos seguía se alejaran. Nustros pasos acabaron llevandonos a un pequeño lago, en el cual se podía apreciar a un ave singular dueña de aquel canto. Me detuve a unos metros al ver que nos observaba algo dudosa.

A este ser es la primera vez que me lo encuentro -dije en un suave susurro dado a que parecía que caulquier ruido lo asustaría.

Seguía observando a aquella peculair ave de hermoso canto y apariencia encantadora, cuando noté que Minos se soltaba de mi agarre y volaba ahcia ella junto con Piff, intenté detenerlos tal y como Sumireko pero, el par de dragones ya estaban muy cerca de aquella ave, la cual los miraba encogiendose un poco.
Logré captar sus intenciones y observé a Sumireko.

Los atacará si no los alejamos pronto -musité, soltando mi agarre para comenzar a caminar hacia Minos, halando suavemente a Sumireko, volviendo a toamr su mano para que ella fuera tras de Piff.

Cuando aparté a Minos del ave, esta estuvo a escasos centímetros de alcansarme con el pico y darme un buen picotazo. Miré a Sumireko, esperando a que este en ningún momento atacara a Piff o a Sumierko. Miré al ave de nuevo notando su peculiaridad.

Ahora que caigo en cuenta... el cantar del ave ahuyentó a los otros animalejos que nos seguían.. -acerqué lentamente mi mano al ave, cuando este se veía algo ams tranquilo, pudiendo así acariciar su cabeza.

Asentí ante las palabras de Sumireko viendo como ella tambien lo acariciaba, el ave simplemente se quedaba ahi, dócilmente, dejando que le acaricien tranquilamente. Sonreí un poco para luego escuchar su singular canto nuevamente. Retrocedió un poco para luego saltar quedando entre ambos, era algo grande en estatura cuando se encontraba en pie, y, curiosamente comensó a acercarse al par de dragones, ladeando su cabeza al observarles, para luego comenzar a corretear por ahí al parecer, intetnando secar sus plumas para alzar vuelo.

Reí al observarla correr, parecía como si un tornillo se le hubiese caído de su cabeza, dado a que corria en cierculos hasta detenerce y, como si se estuviese despidiendo, nos miró cantando de nuevo. Luego de ello alzó el vuelo y se alejó tranquilamente.

Vaya.. es un ave algo singular.. -musité sonriendole un poco a Sumireko.

Aun continuaba observando la partida del ave cuyo tamño era bastante considerable y tenía un maravilloso encanto, estas cosas eran simplemetne curiosas, años de vagar por aqui y aun habían cientos de cosas que jamás había logrado observar.
Observé a Minos cuando este al igual que Piff se dejó caer en mis brazos algo triste. y, luego de ver lo que hizo Sumireko, la imité, dejando a Minos en el suelo y palmeando suavemente su cabeza.

- ¡Venga!, no estén tristes ya que Sumireko tiene razón , aqui hay muchas cosas divertidas -dije dandole una leve sonrisa a Minos para luego ver como imitaba a su pequeña hermana, mviendo sus pequeñas alas para alzar el vuelo.

Me puse en pie de nuevo y los miré revolotear por ahí, almenos lucían felices y parecía que el tema de la aprtida del ave había sido pasajero para aquel par, luego, me giré y caminé hacia el lago, me quedé ahí observandolo unos instantes, luego me acuclillé y dejé que la punta de mis dedos jugueteara co el agua.

-Esté fue el sitio en el cual acabé al llegar a Dark Souls -dije recordando lo ocurrido- Anterior a eso otro grupo de vampiros intentaba acabar conmigo.. aunque, de una u otra manera me vi obligado a acabar con ellos.. -suspiré- No es agradable tener un poder que no se pueda controlar cuando la ira aparece... -seguí contemplando el agua, hablando mas conmigo mismo.

Senreí un poco y la miré asintiendo, para luego observar a Piff y Minos juguetear por ahí, era gracioso pensar que ese par de dragones había logrado ganarse mi afecto.
Continuaba observandome en el lago, aun con una mano dentros del agua cristalina, para asentir una vez más.

- Bueno, no "aparecí" en este lugar sino que... mientras "huía" dado a que en aquel entonces me rehusaba a utilizar mi poder.. acabé topandome cara a cara con este lago -relaté- tambien aqui acabé perdiendo los estribos de mi mismo y lo que quise evitar fué inevitable.. -suspiré sin más.

Sentí como se recostaba a mi, sus manos alrededor de mi cuello y su mentón contra mi hombro, escuché cada palabra mientras mi vista aun continuaba clavada en el lago.

-Dudo que la práctica sea de ayuda, mi poder.. está ligado a mis emociones por llamarlo de alguna manera -respondí mirandola de reojo y sonriendo un poco- con el nerviosismo, realmetne si, este solo es incontrolable con la ira o el enojo [/color]

La mano que estaba fuera del agua tomó una de las de ella y la acaricié con el pulgar, mientras mi mirada volvía a estar fija en el agua del lago.

-Almenos no soy alguien que se enfada con rapidez -murmuré- y, me alegra que tu no me tengas temor -la observé volteando el rostro mara mirarle mejor.